Entrevistamos a la escritora Ana Martos
De la manera más sencilla, sus libros -Excel 2013, Word, Internet o Twitter para Mayores- se han hecho tan accesibles como necesarios para envejecer con conocimiento y presionando un botón (clic para los modernos).
Decía Richard K. Morgan, escritor y guionista inglés de ciencia ficción y fantasía que “la tecnología está en manos de un grupo de personas muy desconectadas de una experiencia humana normal».
Lo más difícil para una persona mayor es asimilar lo que un día me enseñó un profesor.
”¡Que no se rompe Ana, no tengas miedo al tocar las teclas!”
Las personas mayores tienen miedo de estropear algo tangible como la informática. Si el ordenador se bloquea, lo que les recomiendo es que lo desenchufen, hay que pensar que es como una plancha.
Es mi consejo para que sepan que el ordenador no es más que un tonto muy rápido.
Otro mensaje que quiero transmitir es que somos seres humanos que no podemos dejarnos dominar por las nuevas tecnologías y los programas deben de hacer lo que tú quieras.
Para muchas personas mayores, ponerse delante de un ordenador es lo mismo que intentar interpretar la ciencia ficción y trasladarla a la vida cotidiana, ¿una realidad demasiado alejada para su propósito, no cree?
Hay un problema de empatía porque la mayoría de la gente enseña para el que cree que sabe.
¿Por qué hay cosas que se dan por sabidas como la de resetear el ordenador? Es un error mayúsculo y encima no aparece ni en el diccionario.
Creo que debe de haber otra forma de enseñar a las personas mayores y la enseñanza debe de estar acompaña de términos básicos y mucha paciencia.
¿Crees que las TIC han venido un poco impuestas u obligadas en esta sociedad?
En muchos casos viene obligado porque hay una distancia generacional.
Las TIC ayudan a comunicarse, a relacionarse y a estrechar los vínculos afectivos y familiares.
Conozco muchas abuelas que me dicen que necesitan aprender a utilizar una webcam para mantener periódicamente una comunicación con sus nietos o su hijo que está fuera.
Hay un interés cada vez mayor en el uso práctico de estas tecnologías.
¿Qué supone internet para las personas mayores?
Una ventana al mundo como todo el mundo dice que es, pero es más una ampliación de la vida, el mundo y su tiempo. Los beneficios son totales.
Hay un libro titulado “Sin salir de casa con internet” que es explicar todo lo que se puede hacer sin moverse del sofá y en un clic.
El mayor puede viajar por todo el mundo sin salir de casa y sin gastar nada.
Viajar es comunicarse con la gente de una manera palpable y directa, pero internet te da la inmediatez de estar allí donde tu imaginación desea llevarte. Todo es complementario.
¿Qué uso hacen los mayores con Internet?
La utilización que hace es más variada de lo que imaginas. Conozco gente que a través de Internet ha encontrado actividades de voluntario en bancos de alimentos, se han gestionado viajes, exposiciones…todo lo que sean proyectos rejuvenece, por eso los mayores tienen cada vez más interés. Sin embargo hay que luchar con la sensación que tienen muchos mayores de estar de retirada con el famoso “a mi edad para qué” .
Eso es una señal de envejecimiento, y lo he visto en pacientes con 25, 70, 80 años.
Las limitaciones que nos pone la edad son sólo biológicas. Lo que no puede uno es empezar a correr cuando tiene 70 años. La única limitación que nos puede poner el avance sólo puede ser biológico.
Para meterse en Internet da igual la edad que se tenga.
En tus libros también hablas de cómo se entra en Twitter y cómo se sale…
Que no siempre es fácil.
¿Sabes cómo escapar y no dejar rastro? La gente mayor tiene el miedo y el temor a darse de baja y que los datos e información queden aún almacenados y a la vista de otros usuarios.
En el libro se habla sobre las herramientas a utilizar, sobre el tiempo real hasta que definitivamente estás dado de baja. La informática debe abrirse y cerrarse de la misma manera y con la misma facilidad con la que iniciamos una sesión.