“Los papeles cambiados otra vez” se escucha con una carcajada.
Manuela es la presentadora de “Entre Amigos”, ya saben, el programa de entrevistas a famosos que realiza un grupo de residentes de Ballesol en la propia residencia, en su hogar.
Celebridades como Cayetana Guillén Cuervo, Ainhoa Arteta, Ana Labordeta…. y ahora Antonio Najarro, han sido entrevistados en esta residencia de ancianos en Madrid, Ballesol Pozuelo.
Antonio Najarro bailarín y coreógrafo
El multi premiado bailarín español y coreógrafo repasó en la entrevista su exitosa carrera.
“Durante mi infancia aprendí a expresarme y desinhibirme a través de la danza porque era muy tímido” reconoció el bailarín con una de sus fotografías expuestas en la mesa de “Entre Amigos”.
“Toñín” como así le llamaban, era pudoroso hasta para mirar a los ojos, “incluso con mi familia”.
La feria de Málaga le cambió el rostro, la percepción, los sueños, el futuro… ”hasta me ponía a bailar en la calle con un sombrero cordobés, el fajín de lana, las botas camperas, para emular aquellos bailaores”. Tuvo la suerte de que sus padres entendieran que la danza era una motivación para que se comportase de forma espontánea, desenvuelta y natural.
Sobre esa juventud rebelde preguntó Manuela… ¿O mejor dicho niñez?
Porque Antonio Najarro a los quince años tuvo la oportunidad de irse a Austria con una compañía de danza.
Participó en óperas para 5.000 personas…se convirtió en solista invitado en la obra La Gitana con el Ballet del Arena di Verona, primer bailarín con Aida Gómez….llega al ballet nacional de España.
“Si tenemos algo muy grande en la danza española es la variedad y la personalidad diferente, somos un producto muy concreto en el que todos tenemos espacio”.
Tener su propia compañía de danza es una responsabilidad que asume como “reto para emocionar”.
Y del que puede sentirse orgulloso con espectáculos como “Querencia” con el que ha obtenido 7 candidaturas para Los Premios Max de las Artes escénicas.
El interés de los residentes de Ballesol por conocer los hábitos de vida saludable, rutinas y consejos de alimentación de un artista tan exigido con su cuerpo, tuvo respuesta: “Te reconoceré que deseo estar igual que hoy dentro de veinte años”.
“Los bailarines somos muy narcisistas, nos cuidamos mucho, y el que te diga lo contrario miente”, se despidió improvisando un adiós con castañuelas y aplausos.