La vacuna: esperanza de futuro para nuestros mayores
Dr. Rafael Díaz
Médico de Ballesol y artista visual
Cuando ha pasado poco más de un año desde el inicio de la pandemia, es difícil no hacer balance en términos del terrible coste humano de esta enfermedad que, casi de la noche a la mañana, ha puesto en jaque al mundo y nuestra forma de vida y nos ha sumido como sociedad en un duelo colectivo por la pérdida de vidas y oportunidades y la renuncia forzosa a cosas tan básicas y humanas como poder movernos libremente, juntarnos con los nuestros, abrazarnos…
Estampas estremecedoras de hospitales llenos y calles vacías se han instalado, probablemente para siempre, en nuestro imaginario colectivo, y han generado en tantas personas sentimientos de soledad, impotencia, angustia, miedo y desánimo, que muchos profesionales de la medicina tememos estar asistiendo al inicio de una nueva pandemia que amenaza nuestra salud mental.
El virus, selectivo, se ha cebado con más saña en los más vulnerables: los enfermos y los mayores. Por ello, las residencias de ancianos sufrieron de forma especialmente virulenta el embate de la COVID19. Luchar contra el virus cuando conocíamos muy pocas cosas de esta enfermedad y no contábamos ni con los medios adecuados para hacerle frente, ni con la coordinación, comprensión y apoyo de los sistemas sanitarios, fue una de las experiencias más extenuantes y devastadoras, física y emocionalmente, de los más de 20 años que llevo ejerciendo la medicina.