Robot Texturizador: innovación culinaria para la tercera edad
Cómo funciona el robot texturizador
El dispositivo emplea un sistema automatizado de trituración y gelificación controlada. Primero, el alimento se selecciona y se introduce en el compartimento de procesamiento, donde se somete a una trituración progresiva. A continuación, mediante la dosificación de agentes espesantes naturales o gelificantes, se logra la consistencia deseada: desde purés suaves hasta gelatina moldeable. Este proceso se realiza en pocos minutos, lo que agiliza el servicio en residencias geriatricas y reduce el riesgo de contaminación cruzada.
La importancia de la textura en la alimentación de personas mayores
La disfagia es frecuente en la población de la tercera edad debido a la pérdida de fuerza muscular y a problemas neurológicos derivados de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.
Un 40 % de los mayores en residencia de ancianos padece alguna alteración en la deglución, lo que eleva el riesgo de aspiración y neumonías por aspiración.
Ajustar la textura de los alimentos es clave para mantener la autonomía y la dignidad de quien come, evitando además la desnutrición y mejorando la experiencia gastronómica.
Beneficios en residencias geriátricas y residencias de ancianos
La implementación de esta tecnología en centros geriátricos conlleva ventajas claras:
- Seguridad alimentaria: al automatizar el proceso, se minimizan los errores en la concentración de espesantes y se garantiza la uniformidad de cada ración.
- Eficiencia operativa: el robot reduce el tiempo necesario para preparar dietas adaptadas, permitiendo al personal de cocina atender a más residentes con distintos grados de disfagia.
- Bienestar emocional: los comensales recuperan la sensación de comer platos variopintos —como guisos, cremas o postres— con texturas agradables y presentaciones atractivas, reforzando su apetito y su relación social durante las comidas.
Retos y perspectivas de futuro
En las residencias para ancianos Ballesol, nuestra prioridad es velar por la salud y la nutrición de cada residente. Por ello, diseñamos menús especializados y totalmente personalizados según las necesidades de cada persona: desde dietas adaptadas para quienes padecen disfagia —con texturas seguras y apetitosas— hasta planes nutricionales específicos para controlar patologías crónicas.
Nuestro equipo multidisciplinar, formado por dietistas, nutricionistas y cocineros especializados, colabora estrechamente para elaborar propuestas culinarias equilibradas, variadas y sabrosas. De este modo, en nuestras residencias de ancianos, cada plato no solo aporta los nutrientes esenciales, sino que también respeta la identidad y los gustos de quienes lo disfrutan, promoviendo bienestar, autonomía y una experiencia gastronómica que fomenta la socialización y la calidad de vida.
