Una terapia no farmacológica innovadora
La introducción de “Perrete”, el primer perro robot en la residencia, supuso un cambio radical en el cuidado de Eugenio, uno de los residentes afectados por Alzheimer. Su esposa relata que, aunque Eugenio tiene dificultades para hablar, la interacción con el perro y el gato robóticos le ha permitido mantener un estado de calma y bienestar.
“Está más tranquilo y relajado, y aunque le cuesta hablar, interactúa con ambos con caricias y gestos de cariño”, explica.
Estos robots, equipados con inteligencia artificial, responden a las personas que los rodean mediante sensores que les permiten expresar emociones: abren y cierran los ojos, mueven la cabeza y emiten sonidos. Además, esta terapia no solo busca fomentar la socialización y la comunicación, sino también mejorar la motricidad y reducir los síntomas psicológicos y conductuales de la demencia.
¿Qué beneficios puede brindar la robótica o roboterapia?
Las sesiones de roboterapia en Ballesol Mirasierra se realizan dos veces por semana, con una duración de 30 minutos. Aunque se pueden realizar tanto de manera individual como grupal, se prefiere este último enfoque para promover la comunicación entre los participantes.
Desde la primera semana, los profesionales han observado mejoras en la atención, la memoria y la percepción. A nivel emocional, los residentes experimentan un aumento en la expresión de emociones positivas, mientras que a nivel funcional, la motricidad y la deambulación también se ven favorecidas.
En el caso de Eugenio, por ejemplo, el perro robótico le acompaña durante las comidas y los paseos, lo que le motiva a participar más activamente en sus actividades diarias.
¿Cómo hacer que no avance el Alzheimer?
Aunque el Alzheimer es una enfermedad irreversible y progresiva, la roboterapia puede ayudar a mantener la autonomía en las actividades diarias de las personas que la padecen. Acciones cotidianas como peinar al perro robótico, limpiarlo o identificar su color y textura, sirven como estímulo para focalizar la atención de los residentes.
De esta manera, la terapia no solo contribuye a disminuir las alteraciones conductuales, sino que también mejora el estado de ánimo general.
Los profesionales de las residencias de mayores Ballesol destacan la sorprendente capacidad de los residentes para recordar detalles de su pasado a través de la interacción con los robots, lo que en muchos casos reactiva recuerdos sobre sus propias mascotas.
La roboterapia como parte del envejecimiento activo
En todas las residencias de ancianos de Ballesol, se apuesta por un abordaje integral de la demencia, que incluye intervenciones desde las áreas emocional, social, motora y cognitiva. Esta metodología promueve un envejecimiento activo y saludable, permitiendo que los residentes mantengan su calidad de vida y autonomía por más tiempo.
La roboterapia es solo una de las muchas herramientas que estos centros utilizan para asegurar que las personas con demencia tengan acceso a un tratamiento individualizado y a un entorno social positivo que favorezca su bienestar emocional y físico.
El impacto en las familias
No solo los residentes se benefician de este tipo de terapias. Las familias también encuentran en Ballesol un apoyo emocional y psicológico esencial para sobrellevar el impacto de la enfermedad de sus seres queridos. La residencia ofrece programas de educación sobre el Alzheimer, estrategias de afrontamiento y recursos que ayudan a reducir el aislamiento que muchas familias experimentan.
La roboterapia, al igual que otras terapias no farmacológicas implementadas en Ballesol, representa una vía para lograr que las personas con demencia continúen experimentando una vida lo más confortable y plena posible.