Ponencias de las jornadas
Sacramento Pinazo, catedrática de Psicología Social en la Universidad de Valencia, destacó la tendencia de nuestra sociedad a segmentarnos por edades. Sin embargo, resaltó que estudios confirman que un 99,5% de las relaciones entre abuelos y nietos son positivas.
Pinazo enfatizó la importancia de fomentar la interacción entre generaciones para fortalecer la sensación de pertenencia y unidad comunitaria. Además, señaló la correlación entre el ocio y la preservación de la salud cognitiva y emocional, lo cual es crucial para el bienestar y la calidad de vida, especialmente en la vejez y bajo diversas condiciones personales.
En el contexto de una residencia de ancianos, Pinazo subrayó que los proyectos intergeneracionales deben incorporar valores como la dignidad y la autorrealización de los residentes, vinculándolos con un sentido de propósito vital. También remarcó que estos proyectos deben alinearse con el concepto de envejecimiento activo, que abarca la salud física, social, emocional y mental.
Pinazo compartió que, en las residencias Ballesol, estos programas han logrado resultados positivos como el mejoramiento del aprendizaje, la felicidad, la disminución de la depresión y la ansiedad, así como el aumento de la autoestima y la búsqueda de un propósito de vida.
Rafael Amo, líder de la Cátedra de Bioética en la Universidad Pontificia Comillas, destacó la interconexión entre el cuidado de los mayores, el crecimiento económico y la demografía.
Subrayó que la dignidad debe ser un valor central, promoviendo el trato de las personas no como medios sino como fines en sí mismos.
En el contexto del cuidado de los mayores, afirmó que se promueve la dignidad al respetar a los residentes en todas sus facetas: física, psicológica y biográfica.
Por otro lado, Rafael Puyol, Rector de Humanium International University y Presidente de UNIR, compartió hallazgos de estudios recientes que vinculan la sostenibilidad con la demografía desde una perspectiva ética. Señaló la preocupación por el modelo demográfico occidental, marcado por una baja fecundidad y un acelerado envejecimiento.
Puyol ilustró esta tendencia señalando que las personas de 70 a 75 años hoy en día son comparables a las de 60 a 65 años hace dos décadas.
Durante su exposición, Aitor Pérez, cofundador de Gerokon (especialistas en consultoría sobre el envejecimiento), argumentó:
La transición de un modelo de cuidados patriarcal a uno colonial, a menudo ejemplificado por cuidadores de otras naciones, se justifica por el bienestar moral y ético que proporciona el cuidado en el hogar.
No obstante, advirtió sobre el riesgo de agotamiento del cuidador, conocido como síndrome de burnout.
Por otro lado, al optar por un sistema de cuidados residenciales, se puede generar una sensación de culpa por delegar en otros lo que uno no desearía para sí mismo. Esta alternativa ofrece la ventaja de vivir en un entorno más amplio, rodeado de profesionales.